El informe correspondiente a abril de 2025 muestra que 9 de las 19 actividades relevadas permanecen en rojo, principalmente por el deterioro del componente negocio. Mientras tanto, solo tres sectores —bovino, ovino y miel— exhiben signos claros de recuperación
Coninagro presentó una nueva edición del “Semáforo de Economías Regionales”, correspondiente a abril de 2025. Esta herramienta permite a los productores agropecuarios seguir la evolución de 19 actividades productivas a partir del análisis de tres ejes: negocio (precios y costos), productivo (área y producción) y mercado (exportaciones, importaciones y consumo).
En este último relevamiento, el semáforo arroja una señal de alerta: nueve economías regionales están en rojo, es decir, en situación crítica. Se trata de los sectores de algodón, arroz, cítricos dulces, forestal, mandioca, papa, peras y manzanas, vino y mosto, y yerba mate. La mayoría de estos rubros atraviesan una caída persistente de rentabilidad debido a precios rezagados frente a la inflación y a un encarecimiento sostenido de los costos de producción.
El componente más afectado sigue siendo el negocio, donde el retraso de los precios frente a la inflación y la suba de costos atentan contra la sostenibilidad de muchas actividades. La situación se agrava por un contexto externo desfavorable: las exportaciones no logran impulsar los precios debido a un tipo de cambio apreciado, y el consumo interno sigue deprimido.
Por su parte, siete economías se ubican en amarillo, sin cambios sustanciales en los indicadores evaluados. Se incluyen aquí a aves, granos, leche, hortalizas, maní, porcinos y tabaco. En estos casos, las señales mixtas —como precios que no alcanzan a recomponerse y costos aún elevados— impiden una salida clara de la zona de riesgo.
En el otro extremo, tres actividades lograron posicionarse en verde: bovinos, ovinos y, como novedad de este mes, miel. La mejora en el caso de la apicultura se debe a una combinación de precios en alza, costos contenidos y condiciones climáticas favorables. “Estos dos últimos periodos ha mejorado considerablemente la producción de miel. Tuvimos un clima equilibrado, sin inundaciones, sequía ni incendios en la zona, lo que favoreció el trabajo de las abejas”, explicó Diana Aguirre, productora apícola de Loreto (Corrientes), quien destacó además la calidad de la miel obtenida en la región de los Esteros del Iberá.
Aunque algunos sectores muestran leves signos de mejora en exportaciones, la reactivación no es homogénea. De hecho, la apertura comercial y la apreciación del peso también generaron un fuerte aumento de importaciones en varias actividades, lo que presiona aún más al mercado interno.