Así lo califica el informe anual 2024 de Reporteros sin Fronteras al presidente argentino. Sin embargo este no se dio por aludido y señaló que en el país existe absoluta libertad de prensa.
El cierre de la Agencia Oficial Telam, el disparo de una bomba de gas lacrimógeno que hizo peligrar la vida del foto-reportero Pablo Grillo, la repetición de actos represivos contra otros periodistas que cubren protestas populares, la agresión contra el periodista Roberto Navarro y la continua descalificación y amenazas a periodistas de todos los medios, desmienten esa afirmación.
El 3 de mayo se conmemoró en todo el mundo el día de la Libertad de Prensa. Esta fecha fue elegida por las Naciones Unidas y desde el gobierno argentino se sacó un comunicado donde celebraban haber eliminado la pauta oficial y asegurando que la libertad de prensa es absoluta en nuestro país. El mismo presidente que la semana pasada tuiteaba “No odiamos lo suficiente a los periodistas “, ahora se presenta como el campeón de la libertad de prensa.
Contradiciendo esta declaración el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) afirma que: “El gobierno de Javier Milei tiene un clima particularmente hostil hacia el periodismo, con medidas estructurales que afectan la libertad de expresión, el acceso a la información y la pluralidad del sistema de medios. Los ataques verbales del presidente abonan a un escenario social de violencia. Desde diciembre de 2023 hubo agresiones físicas y verbales a periodistas, el gobierno silenció los medios públicos y tomó decisiones administrativas que restringen el derecho a comunicar y ser informado en condiciones de igualdad.”
En términos parecidos se han expresado el Observatorio de la Palabra democrática y Masde Agencia, que presentaron un informe titulado “Libertad de Prensa bajo fuego” donde informan que “desde que asumió Milei hubo 216 casos de agresiones contra periodistas, fotoreporteros y trabajadores de la comunicación, según un análisis exhaustivo basado en reportes de organizaciones como el Foro de Periodismo argentino (FOPEA), Reporteros Sin Fronteras, Amnistía Internacional, SIPREBA, gremios, organizaciones de derechos humanos y medios de comunicación”.
Reporteros Sin Fronteras, es una asociación de prestigio en los países occidentales, que confecciona un ranking mundial sobre el respeto a la libertad de prensa. En el ultimo informe muestran un descenso de Argentina de 41 casilleros y ahora se ubica en el puesto 87. En ese exposición, dice textualmente: “En casi todos los países de América del Sur, la situación de la libertad de prensa es ahora “problemática”. Este deterioro se explica esencialmente por la llegada al poder de depredadores de la libertad de prensa, como Javier Milei en Argentina y por la incapacidad de los gobiernos para frenar la violencia contra los periodistas…”. Y agrega: “El presidente Milei estigmatizó a los periodistas, desmanteló los medios públicos y utilizó la publicidad estatal como arma política”.
Quien ha difundido estos párrafos del Informe de Reporteros sin Fronteras, es el diario oligárquico La Nación, y esto ha sido así, porque Milei no se limitó a perseguir a los periodistas de izquierda, o caratulados como “kirchneristas”, sino también a algunos que son considerados “vacas sagradas” de la derecha argentina como Joaquín Morales Solá, María Laura Santillán y Carlos Pagni. También la emprendió contra el periodista de la Nación+, Paulino Rodríguez, a quien llamó Pautino Rodríguez. En el caso de Pagni lo amenazó de llevarlo a la Justicia, por “banalizar el Holocausto Judío”.
No hay muchos antecedentes de gobiernos que se peleen con todo el arco político del periodismo, cuando apenas han cumplido un año de mandato. Lo habitual es que haya siempre un sector del periodismo que apoye al gobierno, y se desprenda de esa gestión cuando advierte que su caída es irreversible e inminente. Esto pasó con la dictadura militar, con Menem, De la Rúa, Alberto Fernández, etc.
Quienes, desde medios de prensa, apoyan sin reclamos a Milei, son escasos y de poco fuste. Personajes como Luis Majul, Alejandro Fantino, Jonatan Viale y el ejército de tuiteros que conduce Santiago Caputo, merecen poco respeto, y parecen insuficientes para influir en la opinión pública. El presidente ha tratado de llenar ese vacío, acentuando su vocación por opinar de todos los temas y todos los días, lo que contribuye a desgastar su credibilidad. En los últimos días Milei acaba de subir un video donde pide “paredón sin juicio previo” para los periodistas. Ese tuit fue retomado por uno de sus influencers, Adrián Ackerman, que subió la apuesta: “El 99% de los periodistas tiene que ir al paredón, que se financie con el privado que quiera ver ese espectáculo y la otra parte tiene que ir a prisión donde van a tener que laburar para comer” .
El presidente y sus asesores estrellas, como Santiago Caputo, están convencidos de que toda la estructura mediática basada en la televisión, los medios gráficos y las radios, son herramientas comunicaciones del pasado. Que hoy la única disputa se da desde las redes sociales, y allí ponen sus esfuerzos.
Parece demasiado optimismo. Milei contó durante el primer año de gobierno con un blindaje mediático, que disimuló o acompañó errores gruesos de gestión, o dio poca trascendencia a estafas a plena luz del día como el episodio de la Libra, o maniobras especulativas como el “carry-trade”. Si esa coraza empieza a tener fisuras, no le alcanzarán los apoyos internacionales. Los pueblos no aciertan siempre, pero tampoco se equivocan inexoráblemente.