Los precios de los combustibles volvieron a subir este fin de semana, marcando la quinta actualización en apenas un mes. La presión inflacionaria y los ajustes impositivos llevan el litro de diésel premium por encima de los $2.000 en varias localidades.
Lectura exprés
- ¿Qué sucedió?
Se registró un nuevo aumento en los precios de naftas y gasoil, el quinto en el último mes. - ¿Quiénes son los protagonistas?
Las petroleras YPF, Shell, Axion y los consumidores afectados. - ¿Cuándo ocurrió?
La actualización de pizarras se hizo efectiva este fin de semana de diciembre de 2025. - ¿Dónde fue?
El aumento es nacional, pero con fuerte impacto en el Chaco y el interior, donde los precios son más altos. - ¿Cómo se produjo?
Fue un ajuste directo en los surtidores que oscila entre el 1,3% y el 4,6% según el producto. - ¿Por qué es importante?
Golpea el poder adquisitivo en un contexto de caída de ventas y encarece la logística de transporte. - ¿Qué consecuencias trae?
Llenar un tanque de camioneta con diésel premium ya roza los $163.500 pesos.
Un golpe al bolsillo sin freno
La inestabilidad de los precios en Argentina ha vuelto a manifestarse en uno de los sectores más sensibles para la economía doméstica y la logística comercial: los combustibles. Este fin de semana, los conductores se encontraron nuevamente con las pizarras modificadas en las estaciones de servicio, confirmando lo que ya es una tendencia preocupante: es la quinta vez que se actualizan los valores en el transcurso de un solo mes.
Este nuevo incremento no es un hecho aislado, sino parte de una seguidilla de ajustes que buscan alinear los precios locales con los costos internacionales y la carga impositiva pendiente. Sin embargo, la frecuencia de los aumentos —que en algunos casos se han dado con apenas días de diferencia— ha generado incertidumbre tanto en los consumidores particulares como en el sector del transporte de cargas.
Los nuevos valores en el Chaco
El impacto se siente con mayor fuerza en las provincias del interior, donde la logística de distribución encarece el precio final en surtidor respecto a la capital del país. Según el relevamiento realizado en estaciones de servicio de la provincia del Chaco, los nuevos valores han roto barreras psicológicas importantes.
El dato más contundente lo arroja el segmento de los vehículos pesados y camionetas modernas:
- Gasoil Premium: Llenar el tanque de una camioneta estándar con el diésel más refinado (necesario para motores de nueva generación) requiere ahora un desembolso de hasta $163.500.
- El litro de Premium: En banderas como Shell, el producto V-Power Diésel ya se comercializa por encima de los $2.022.
- Naftas: La nafta súper, la más consumida por el parque automotor liviano, se ubica en un rango que parte desde los $1.336 en YPF, mientras que las opciones premium (Infinia o V-Power) superan holgadamente los $1.550 por litro.
Las razones detrás del aumento constante
A diferencia de épocas anteriores donde los aumentos eran mensuales y previsibles, la dinámica actual responde a un "combo" de factores económicos que presionan sobre el precio final. Los analistas del sector energético señalan tres causas principales que convergen en este diciembre de 2025:
- Actualización Impositiva: El gobierno continúa descongelando los impuestos a los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono (IDC), que habían estado pisados para contener la inflación en años anteriores.
- Devaluación controlada (Crawling Peg): El deslizamiento mensual del tipo de cambio oficial obliga a las petroleras a ajustar sus precios en pesos para no perder rentabilidad en dólares.
- Cotización del crudo: Las variaciones en el precio internacional del barril de Brent impactan directamente en la estructura de costos de las refinadoras locales.
Fuentes del sector estacionero han manifestado que, si bien el incremento promedio en este último ajuste rondó entre el 1,3% y el 4,6%, el acumulado mensual supera el 5%. "Es una situación de manta corta: si no aumentan, hay desabastecimiento; si aumentan, caen las ventas", comentó un referente de la cámara de expendedores.
Crisis en las estaciones de servicio
El otro lado de la moneda es la situación crítica que atraviesan los dueños de las estaciones de servicio. A pesar de que los precios suben, la rentabilidad del negocio se ve amenazada por una caída drástica en el volumen de ventas.
Los reportes indican una baja interanual en el despacho de combustibles que ronda el 10%. El bolsillo del consumidor ya no valida cualquier precio, y se observa una migración clara:
- Usuarios que pasan de nafta Premium a Súper.
- Conductores que cargan "lo justo" para el día en lugar de llenar el tanque.
- Una reducción en el uso del vehículo particular en favor del transporte público o alternativas más económicas.
Los estacioneros del norte del país se han declarado en "estado de emergencia", advirtiendo que sus costos operativos (luz, sueldos, mantenimiento) suben al ritmo de la inflación general, mientras que sus márgenes de ganancia por litro vendido se mantienen fijos o se reducen ante la baja demanda. La ecuación es cada vez más difícil de sostener para las pymes del sector.
¿Qué esperar para el resto de diciembre?
El escenario no parece ofrecer una tregua inmediata. Con la presión inflacionaria de fin de año y la necesidad de cerrar cuentas fiscales, no se descartan "microajustes" adicionales antes de que termine el 2025. Las petroleras han adoptado una política de revisiones más frecuentes para evitar atrasos bruscos, lo que significa que la imagen de los playeros cambiando los números de la pizarra podría repetirse en las próximas semanas.
Para el usuario común, la recomendación de los expertos es aprovechar las promociones bancarias y descuentos por apps de las petroleras, que hoy se han convertido en la única herramienta eficaz para amortiguar, aunque sea levemente, el impacto de llenar el tanque.
